En estos días en que la Agencia EFE es noticia porque la oposición extrema critica al candidato del gobierno de España a cubrir la plaza de presidente, no me he podido resistir a comentar mi corta experiencia en aquella institución hace ya algunas décadas, a mediados de los 70.
Entonces estudiaba Ciencias de la Información en la Complutense de Madrid y era un alumno aventajado. Uno de los hitos que conseguí fue participar en un proceso de selección para hacer prácticas en la Agencia EFE y ganar una de las plazas.
Recuerdo muy bien el primer día de prácticas. Sin muchas zarandajas ni presentaciones - ni del edificio de la calle Ayala ni de sus ocupantes - nos pusieron a “inflar el perro” de algunas noticias, técnica que, para quienes nos la enseñaban, consistía en hacer, de una noticia de la que conocíamos unas pocas palabras, menos de diez, otra con tres o cuatro veces de tamaño. El enorme estímulo de aquella práctica, que para nosotros era inventar una noticia desde cuatro datos o rasgos, nos pareció todo un reto a la ética periodística, pero lo superamos, comentando entre nosotros la posibilidad de que fuera una broma a principiantes de los funcionarios que nos tutelaban.
Recuerdo aun mejor el segundo día. A media tarde, uno de los funcionarios que seguía insistiendo en que mejoráramos la práctica de “inflar el perro”, se acercó a nuestra mesa y nos dijo que bajáramos al bar de enfrente para subirles unos cafés. Nos miramos entre nosotros y, ni corto ni perezoso, miré a mi compañero, me levanté, cogí el ascensor, salí a la calle y me largué a casa.
Sé que no exhibí la paciencia y la tolerancia que todo profesional debe construir, pero las bromas en el trabajo - suponiendo que no fuera un intento de humillación - nunca me han gustado.
Pensé que un “becario” merecía un mejor trato. Y que allí solo iba a aprender dos de las cosas que se deben erradicar en una redacción: la “reconstrucción” de la verdad, "inflando" noticias con datos inventados, por un lado, y la falta de respeto al compañero o al prójimo, por otro.
Una experiencia corta, dos días, pero inolvidable.
https://www.newtral.es/presidentes-efe/20231208/
Leemos en un documento del INAP [1] que el ministro para la Transformación Digital y de la Función Pública, Jose Luis Escrivá, ha propuesto un consenso sobre la transformación de la Administración General del Estado (AGE) - y a rebufo al resto de Administraciones Públicas - para fortalecer la captación de talento, evaluar mejor las políticas públicas y facilitar el acceso de la ciudadanía , expuesto en la Comisión de Hacienda y Función Pública del Congreso para conseguir que la Administración sea “más moderna e innovadora, mejor dotada de efectivos, que disponga de las herramientas tecnológicas que garanticen los derechos fundamentales de la ciudadanía, y con unos servicios públicos de calidad que sean más accesibles para todos”. La intención final es avanzar en los indicadores de buen gobierno, porque a pesar de la mejora de los últimos años “queda margen para seguir acercándose” a los países mejor posicionados, “los nórdicos, que es nuestra ambición”. Para cumplir ese obj
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