Mira, dosmilveinticinco, imagino que eres consciente de los enormes retos que tienes por delante en tantos temas de trascendencia para nuestro querido planeta Tierra.
Iré al grano, como cada año, haciéndote el recordatorio, empezando por lo más difícil: por todos los conflictos armados que continúan vigentes en el planeta, como los de Gaza y Ucrania, y los que aparecen, como el de Siria. Y por las migraciones de quienes huyen del hambre y la miseria que ponen en riesgo la vida de miles y miles de personas a la búsqueda de esa orilla de esperanza.
Me preocupan los fenómenos de los antiguos autoritarismos y los nuevos. Y el creciente uso de los bulos y los insultos en política.
Creo que hay que reforzar el compromiso con la Agenda 2030, hacia la consolidación de la conciencia climática y de las convicciones de igualdad y de progreso, hacia la protección de los más desfavorecidos, hacia el freno a los populismos de todo color…
Me consuela la existencia y el buen funcionamiento de instituciones como la Unión Europea.
Y la actuación de personas, profesionales o no, que se dedican a hacer nuestras vidas un poco mejores, como los y las profesores, médicos, enfermeros… Y de voluntarios que se presentan en las grandes catástrofes, como Jose Andrés y su World Central Kitchen. Y de los creadores, los músicos y los artistas que aportan belleza a nuestras – generalmente – grises jornadas.
Como siempre, si tú estás dispuesto a poner algo de tu parte, aquí estaremos muchos humanos para hacer de éste un mundo mejor.
El plan es el ya conocido: se trata de que hagas más largos los días que dediquemos a la solidaridad y a la igualdad y más cortos aquellos en los que pensemos solo en nosotros; más anchas las horas de escuchar y acompañar y más estrechas las de soledad; más grandes las semanas con proyectos generosos e iniciativas productivas y comunitarias y más pequeñas las de los especulativos y las endogámicas; más intensos los meses en los que sean más propicias el arte, la música y la poesía y más leves los demás. No te olvides de que las quincenas éticas - en las que no haya fraude fiscal ni economía sumergida - tengan más días, y que los minutos más risueños sean más densos y los malhumorados más fluidos.
Y de que los trimestres de más violencia - de cualquier tipo - tengan solo un mes y más meses aquellos en los que desaparezcan las hambrunas y las dictaduras.
Para finalizar, cuida de que el semestre en el que pueda haber más tolerancia y armonía se estire un poco y encoja el que pueda generar más crispación o desigualdad.
Ya sabemos que todo eso te va a requerir un gran esfuerzo, porque casi todos los años preferís el "tran-tran" a estos calendarios variables que te vengo proponiendo, pero piensa en los millones de parados que te lo van a agradecer en todo el mundo, en los que están en riesgo de exclusión, especialmente en los que sufren, por cualquier causa. Déjame que te señale de manera urgente a esas niñas y niños desamparados y desconsolados por la pérdida de sus seres queridos en las inhumanas guerras a que me refería y a las menos publicitadas… (No puedo dejar de pensar en esa niña de la Franja, desconsolada arrodillada al lado de su hermano, al que tapa la cara con un trozo de tela). Y puestos, déjame que te pida por los niños y niñas en general que ponen esa nota de luz en nuestras vidas.
Necesitamos semanas anchas y minutos fluidos en ese año que será, así, inolvidable en nuestros corazones.
A nivel personal, déjame que disfrute de los mios al menos tanto como este pasado año.
Y que encuentre espacios para recordar lugares, personas y compañeros de viaje que me han dejado huella y aún hoy evoco con enorme sentimiento, como a Racha, Niebla, Luna, Darta… y a los que he tenido menos cerca o solo de referencia, como Polín.
Deja que los chats mas personales y emblemáticos sigan teniendo corazones y manos dispuestos a alimentarlos.
Por supuesto, cuenta con todos nosotros para ese proyecto titánico.
Saluda a Cronos de nuestra parte, de la buena Humanidad.
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