Aunque aún tengo algunos encargos importantes de aquí a fin de año y proyectos ilusionantes para después, la invitación del Instituto Nacional de Administración Pública (INAP) a su XVI Encuentro en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), en el Palacio de la Magdalena, en Santander, hace unos días, ha tenido un significado muy especial para mí, tanto que la he percibido como una especie de broche final a toda una carrera profesional.
Explicaré porqué.
Primero, por quien hizo la invitación, el INAP,
una institución clave en los procesos de cambio en nuestro país. Así fue en
aquellos Planes de Modernización de la AGE de principios de los 90 desde las
acciones de aprendizaje sobre Gestión de Calidad y luego cuando me invitó
tantas veces a impartir clase de Atención al Ciudadano, cuando estuve de
subdirector en Interior, a participar como comunity manager en su Red Social, a
participar en la coordinación de los procesos de cambio en las Oficinas de
Extranjería de todo el país, a dirigir TFMs, a participar en alguna actividad
internacional - en Washington, en Montevideo…- y porque en aquella institución
forjé algunas de las amistades profesionales mas importantes de mi carrera.
Segundo, porque no es fácil que se unan en un
mismo espacio físico, la sede de una institución de gran prestigio como la
UIMP, la belleza de su Palacio y del entorno de la península - el mar,
los jardines, sus playas…- con recuerdos infantiles y juveniles tan
potentes como los que están alrededor de su “hípica”, el concurso de salto al
que tantas veces fuimos la familia, y un poco mas allá, las playas del
Sardinero - la segunda, después del balneario, que era nuestra preferida -, el
Chiqui - donde tomábamos un refresco por las tardes -, por un lado, y el paseo
Pereda y el Náutico por otro, hasta la Alameda y el Asado de Castilla.
Y tercero porque el encargo de participar en una
mesa redonda sobre la dirección pública profesional, la materia a la que
he dedicado todo mi tiempo libre los últimos diez años - tanto individualmente
como desde la Asociación que ayudé a crear, la ADPP - , con personas de gran
peso institucional y moderados por el subdirector de Aprendizaje, Manu
Pastor, es un excelente indicador de que hemos logrado incluir en la
agenda cultural - también lo estamos logrando en la política - esa
figura tan trascendente para la transformación que necesitamos como país.
En fin, el tema, “Los marcos competenciales como
referentes de la estrategia de aprendizaje” impulsado por el equipo que lidera
la directora Consuelo Sanchez Naranjo, y todos los otros marcos - desde
el físico hasta el emocional - me hacen pensar en que habrá pocos broches
mejores para tomarlos como referencia…aunque sea con un poco de adelanto.
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