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Opiniones, mentiras y medios de comunicación

Dado el volumen de bulos y mentiras que circulan por las redes y los medios de comunicación – tantos que una muy conocida conductora de un programa radiofónico de éxito reconocía que “no le daba la vida” para identificarlos – creo que es necesario que se vayan tomando medidas al respecto, al menos en los medios – las redes ya son como la selva – y especialmente en los públicos.

Los medios pagados por toda la ciudadanía mediante impuestos se deben a ésta y no a los grupos de interés, sean cuales sean estos, y deben obligarse a identificar bulos y mentiras y evitar, firmemente, su publicación.

Otra cosa son las opiniones, que pueden llegar a ser auténticas barbaridades, pero que cada uno está en su derecho de expresar y los medios de analizar y priorizar su publicación o no, de entre el variado y numeroso elenco de material del que disponen.

Rosa María Artal ha titulado en elDiario.es que “Se ha convertido en costumbre que las entrevistas a políticos no sean tales, sino una oportunidad para que incrusten consignas y calumnias. La propaganda apenas camuflada, la desinformación rotunda, es causa directa de esa laxitud moral que se extiende por los grandes asuntos patrios”.

Y comenzaba su información diciendo que un importante líder de “ese partido del que usted me habla”[1] en 13 ocasiones durante unos 30 minutos respondió con falsedades a las preguntas de un periodista de TVE, y que otro periodista, Fernando Varela, las ha recogido en Infolibre cotejándolas con la verdad [2].

Rosa María Artal defiende y comparto que “Una entrevista periodística no es la que brinda un micrófono a una persona para que suelte lo que le viene en gana sin que quede clara la verdad de los hechos. Eso es darle un altavoz promocional. Y, si es el caso, la falta de escrúpulos del entrevistado, la siembra impune de mentiras, hace un grave daño a la sociedad. Hay personas tan acostumbradas a mentir que lo hacen con soltura y numerosos incautos caen en su trampa.”

Por ejemplo, decir que el número de parados es de 4 millones cuando es de 3.257.802, es una mentira que hay que identificar y señalar o no publicar, decir que desde el punto de vista de ese partido el paro es excesivo o insoportable, por ejemplo, es una opinión.

Otro ejemplo: decir que el Gobierno no está dedicando el presupuesto público a la recuperación económica, sino al "maquillaje de las estadísticas", criticando que "se hayan creado más de 200.000 funcionarios, que salen del Presupuesto", es otra mentira que es fácil identificar y no reproducir, eligiendo ese corte de entre otros muchos que se podrían escoger con información verdadera o con opiniones, aunque sean absurdas.

En este ejemplo, además de que, atribuir al Gobierno del Estado el total del aumento del empleo público, cuando las Comunidades Autónomas tienen esa competencia en sectores como Sanidad y Educación, los datos no engañan: en el último trimestre de 2021, el número de trabajadores aumentó en 162.500 personas en el sector privado y se redujo en 8.500 ocupados en el público. Según elDiario.es [3] si miramos los 12 últimos meses, “el empleo se incrementó en 744.300 personas en el sector privado (4,66%) y en 96.400 ocupados en el sector público (2,85%).” 96.400 no son 200.00.

Pero, desde mi perspectiva, lo peor de este caso es la condición subalterna que se da al empleo público, el desprecio que se colige del tono de la declaración - lo de maquillar las cifras del desempleo contratando empleados públicos es tremendo - y el momento en el que se efectúan, todavía inmersos en la terrible pandemia de la COVID19, increíble contexto en el que tanto el gobierno del Estado como los de casi todas la Comunidades Autónomas han tenido que volcarse reforzando sectores como la Sanidad y la Educación de este país – pero no solo – para intentar garantizar la salud y la economía. Pero colocar en esa situación casi ridícula al empleo público es una opinión – terrible, si se quiere - y se está en todo el derecho a expresarla.

En fin, en la medida en la que se pueda – en los directos es casi imposible contrastar un dato - identificar y filtrar mentiras es imprescindible, especialmente en los medios de comunicación públicos, si no queremos asfixiar la convivencia y la democracia.

Nota: poco después de publicar esta entrada leo, en otra fuente, que de los nuevos trabajadores públicos, el 84,46%, fueron contratados por las Comunidades Autónomas; y el resto por la  Administración Local y las distintas instituciones del Estado (https://elpais.com/economia/2022-02-01/las-comunidades-crean-ocho-de-cada-diez-nuevos-empleos-publicos-desde-que-estallo-la-pandemia.html) ¿Deberíamos pensar en algún sistema que desincentive a los representantes públicos a utilizar la mentira como arma electoral?


[1] Este entrecomillado lo coloco yo

[2] https://www.infolibre.es/politica/nueva-realidad-casado-trece-mentiras-entrevista-media-hora_1_1211469.html

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