El año pasado escribí en este blog "Aplausos al carnero e insultos (graves) al presidente del gobierno" preguntándome si era posible pensar en un acto central de la Fiesta Nacional, con presencia de los reyes, altas autoridades, invitados relevantes de la sociedad, etc...- en el que no quepa que, tradicionalmente, un grupo de personas insulte, en ocasiones gravemente, a los presidentes de gobierno que no son de su gusto. Tambien me preguntaba cómo es posible que puedan acceder, siempre, el mismo perfil de personas insultantes hasta los lugares cercanos a la presidencia del acto. Y porqué en un desfile que pretende ser un lugar de encuentro, siempre ha de haber un grupo extremo, obcecado en deslucirlo. Yo creo que no se lo merecen los abucheados pero tampoco indirectamente los protagonistas, los mas de 4.000 hombres y mujeres que han estado preparándose durante muchísimo tiempo, ni las personas que vemos el acto en los telediarios.
Yo creo que la solución está en el diseño del acto y que la Fiesta sea realmente nacional y no de un barrio concreto de la ciudad de Madrid. Con que se desarrollara en cualquiera de los otros barrios de la capital, en cualquiera de los pueblos de aquella Comunidad, la cosa sería muy distinta. Pero mucho mas diferente sería si cada año se celebrase en una ciudad diferente de nuestro diverso pais. Y aun mas si se incorporaran al desfile otros profesionales públicos del mundo de la Salud, la Educación, el Medio Ambiente, la Seguridad Ciudadana, los Transportes, etc. que con su desempeño tambien hacen patria.
Leemos en un documento del INAP [1] que el ministro para la Transformación Digital y de la Función Pública, Jose Luis Escrivá, ha propuesto un consenso sobre la transformación de la Administración General del Estado (AGE) - y a rebufo al resto de Administraciones Públicas - para fortalecer la captación de talento, evaluar mejor las políticas públicas y facilitar el acceso de la ciudadanía , expuesto en la Comisión de Hacienda y Función Pública del Congreso para conseguir que la Administración sea “más moderna e innovadora, mejor dotada de efectivos, que disponga de las herramientas tecnológicas que garanticen los derechos fundamentales de la ciudadanía, y con unos servicios públicos de calidad que sean más accesibles para todos”. La intención final es avanzar en los indicadores de buen gobierno, porque a pesar de la mejora de los últimos años “queda margen para seguir acercándose” a los países mejor posicionados, “los nórdicos, que es nuestra ambición”...
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