(De la calle: tertuliólogos, gas: Personas todólogos, gas, que actúan en tertulias / RAE: todólogo, ga. despec. coloq. Persona que cree saber y dominar varias especialidades) / De mi cosecha: pantertulian@s Personas que transitan de tertulia en tertulia sin conocimientos o experiencia especializada, pero con soltura)
Durante muchos meses, demasiados, durante lo mas duro de la pandemia, tuvimos que soportar en algunas tertulias televisivas, intervenciones de personas expertas de alguna cosa concreta que actuaban opinando sobre su materia de referencia y sobre cualquier otra que tuviera que ver con ella, aunque fuera de un modo muy lateral. A su lado, solían aparecer otras personas que, en algunas ocasiones, solo de vez en cuando, actuaban de igual modo, y otras que se ceñían a hablar de lo que conocían. En general, casi todos, se respetaban y hacían movimientos de cabeza afirmativos para respaldar lo que se iba diciendo, pero especialmente los del primer grupo, como en actitud de compadreo, vaya. Vimos como, semana a semana, algunos de ellos progresaban en sus técnicas televisivas, se interrumpían mas y subían el tono de voz y mostraban cosas a cámara, de vez en cuando. Y que avanzaban en dos ardores, en el defensivo de las instituciones en las que actuaban (mas) profesionalmente - vamos, donde tenían su puestos de trabajo habituales - , y en el ofensivo, hacia aquellas otras instituciones - sanitarias o no - a las que las suyas tenían entre ceja y ceja, fruto de la estrategia de contragobernanza que ha ido floreciendo. Vamos, que se les veían los colores partidarios en cuanto pasaban un par de minutos y ganaban confianza. Pero su silencio era atronador y miraban para otro lado cuando se comentaba la congelación de partidas destinadas a mantener y reforzar las plantillas de personal de hospitales y centros de salud en general, y en concreto en esa comunidad autónoma de la que usted me habla. Quienes menos intervenían eran precisamente los virólogos, apabullados por la energía de los demás.
En el duro calendario que hemos vivido en estos tiempos apareció la tragedia del volcán de la maravillosa, siempre, isla canaria de La Palma, y aquellos pantertulianos, desde sus mismos asientos, utilizaron sus mismas técnicas: hablaban de volcanes con aparente soltura, salpicando sus intervenciones de palabras como material piroclástico, fajanas, etc., sin dejar de enseñar sus vistosos colores y blandiendo un dedo acusador, de vez en cuando. Unos cuantos de ellos descubrieron que había medios interesados en que hablaran de lo que fuese - siempre mostrando sus colores por debajo de la americana - y no les defraudaron.
Como entonces decidí seguir un plan de desinfoxicación y evitar cualquier tertulia que contuviera aquellos nocivos y coloreados elementos pantertulianos, desconozco si a la tercera ha habido vencida y también se han puesto a opinar de la incomprensible, inhumana y cruenta invasión de Ucrania, pero no me extrañaría.
Afortunadamente, algunos medios ya van escribiendo sobre ello https://elpais.com/opinion/2022-03-01/doctor-cesar-carballo-pare-por-favor.html
Algunos tertulianos profesionales, como Jon Sistiaga, están reaccionando https://www.facebook.com/watch/?v=262568219393559, y algunas cadenas se han puesto a programar espacios en los que los tertulianos no repiten automáticamente cada semana para hablar de cualquier cosa que vaya sucediendo...
Desde luego, que quede claro, que estoy convencido de que esto no va de tertuliólog@s y pantertulian@s coloreados sino de medios de comunicación total o parcialmente amarillos. ¿O es que es lo mismo?
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