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Otro modo de medir el impacto siempre es imprescindible.

 Leo a Raul Olivan una entrada muy evocadora "MEDIR EN UN CONTEXTO DE COMPLEJIDAD"  - en linkedin https://www.linkedin.com/feed/update/urn:li:activity:7231529135217532928/ - en la que comenta un análisis realizado por el Griffith Center for Systemic Innovation(GCSI). Dice "se ha explorado cómo la medición del impacto se ha desarrollado dentro de marcos culturales e históricos específicos que influyen en su aplicación actual. Es crucial reconocer que muchas de las metodologías que utilizamos hoy en día están profundamente arraigadas en paradigmas occidentales que podrían no ser completamente adecuados para abordar los problemas complejos que enfrentamos hoy".

Y se refiere, siguiendo a GCSI a tres hilos históricos:

1. La medición como solución a problemas. 

2. El valor y la medición del impacto, y  

3. La separación entre evaluación y predicción de impactos.

"En Hexagonal: LAB / Foundation / Consulting creemos que la medición del impacto debe evolucionar para abordar mejor la complejidad y la incertidumbre de los problemas actuales. Es fundamental adoptar enfoques que no solo midan los resultados tangibles, sino que también capturen los cambios cualitativos y las interacciones entre diferentes factores. Esto implica moverse hacia un enfoque de aprendizaje y experimentación continua, donde la retroalimentación rápida y la integración del aprendizaje se conviertan en herramientas clave para avanzar."

Olivan defiende "nuevas formas de entender y evaluar el cambio, más alineadas con los principios de sostenibilidad, equidad y justicia".

 Y publica esta matriz:




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