La BANIcización de las relaciones laborales o el mail como palanca de reasignación de recursos humanos.
En algunas de mis clases, para promover el debate
en cuanto a la participación de las personas en la vida de las organizaciones
públicas, he utilizado el caso del cambio masivo de ubicación y funciones de
personas de una gran compañía, en el que, a miles de ellas, se la convocaba en
unas instalaciones deportivas, y a la entrada del recinto se les entregaba un
número que correspondía a un asiento, en el que figuraba su nombre. Al llegar
al asiento encontraban un sobre. En su interior, en un papel se podía leer lo
siguiente: “La compañía necesita realizar cambios relevantes. Usted, hasta
ahora jef@ de Negociado de compras en el edificio B se incorporará como jef@
del Negociado de cuentas externas en el edificio F. Las características y
condiciones les serán facilitadas por el Servicio correspondiente, en el momento
de su incorporación. Esta comunicación entrará en vigor mañana mismo, al inicio
de la jornada, a las 08:00 horas. Le agradecemos desaloje este recinto cuanto antes”
El caso ficticio – algo similar había leído en
alguna parte – me servía para poner sobre la mesa aspiraciones,
contradicciones, límites, derechos, convicciones… sobre el papel de las
personas y las organizaciones, de los sindicatos y la ciudadanía, y las
relaciones entre las partes y en el conjunto.
En alguna ocasión, introduje el factor de que,
además del sobre con el escrito, la persona “en movilidad” se encontraba en el
asiento una caja con sus cosas personales. Y eso daba un juego diferente con
una profundidad que iba más allá del quien está autorizado o no, no sólo legalmente,
a retirar, para meter en una caja, la foto con los niños, tus bolis, ese
pisapapeles de toda la vida, o los cuadernos de apuntes y las notas, entre
otras cosas.
Estos días, muchas personas sanitarias de la
Comunidad de Madrid han recibido un mail “reorganizatorio”.
Como sabemos, las urgencias urbanas
ambulatorias de Madrid son las únicas de España que se cerraron durante la
pandemia y permanecieron así durante más de dos años. Su reapertura está
provocando un tremendo caos. El Gobierno regional ha pretendido cubrir las necesidades
de 78 centros sólo con los profesionales que trabajaban en 41 centros de zonas
rurales y voluntarios de las zonas urbanas. Pero las condiciones impuestas no
lo han hecho viable y se ha producido la dimisión de buena parte de la dirección
de la gestión sanitaria madrileña. El nuevo sistema ha dado lugar a una huelga,
y unas manifestaciones, que no sólo se han quedado en las urgencias
ambulatorias.
El instrumento de la tremenda “reorganización”
ha sido un mail nocturno que, en algún caso, por ejemplo, podía decír más o
menos lo siguiente: usted que es una persona médica del Centro de La Cabrera,
tendrá que incorporarse mañana mismo, al Centro de Coslada. El mail no es capaz
de empatizar con la persona profesional que lleva cerca de una década prestando
sus servicios en La Cabrera, como médico de zona rural, que tiene allí a sus
compañeros, que vive en aquella localidad y que tendrá que desplazarse, durante
cerca de una hora en coche, para su nuevo destino como médico de zona urbana, a
partir de ese momento.
La falta de personal sanitario no es exclusiva
de Madrid, pero, al parecer, el mecanismo “reorganizatorio” sí que es propio de
ese gobierno regional.
El mail tiene la ventaja - frente a supuestas
situaciones anteriores en las que la fórmula incluía un desplazamiento hacia
una instalación deportiva - de que despeja las dudas sobre la oportunidad de
que alguien recoja tus cosas y las meta en una caja. Eso sí, en el caso de la
Comunidad de Madrid, sencillamente tus cosas, en el caso de que las tengas, se
podrán quedar donde están, hasta que saques un rato para ir a recogerlas, porque
a nadie molestarán, ya que nadie cubrirá ese puesto de trabajo.
La sanidad privada se está frotando la
cuenta de resultados: esta situación es el mejor estímulo para que las
personas más vulnerables desde el punto de vista de la salud, se apunten a la
sanidad privada, siempre que su situación económica se lo permita. Los medios
de comunicación recogen que casi el 25% de los españoles tiene un seguro de
salud y Madrid es la comunidad con mayor porcentaje de ciudadanos con un:
38,1%.
La situación ha llevado, primero, a una huelga
de los médicos de las urgencias extrahospitalarias y después, al anuncio de otra
de facultativos de atención primaria y pediatría. Las manifestaciones han sido
recogidas en todos los soportes mediáticos. Hace unos días, la dirección
asistencial sudeste de Madrid dimitió en bloque.
La solución impulsada por la Comunidad de
Madrid, de sustituir a los profesionales de la salud por aparatos de
videoconferencia, por ahora, genera dudas a los profesionales y causa
desconfianza a los usuarios. Algunas funciones y actuaciones que se pueden
realizar “en vivo”, como auscultar o palpar, son imposibles "on line", digan lo
que digan los hiper- tecnólogos. Un alcalde de la zona se pregunta “cómo se
comprueba una fractura por videollamada”[1].
Los despidos masivos por mail de las personas
empleadas de Twitter[2]
mostraron un camino hacia la BANIcización[3]
de las relaciones laborales que algunos están dispuestos a superar, incluso en
el ámbito de los servicios esenciales públicos.
Comentarios
Publicar un comentario