Hace poco mas de un año tuve la oportunidad de participar en el acto de entrega de los Premios Blas Infante de Estudio e Investigación sobre Administración y Gestión Pública en el Instituto Andaluz de Administración Pública, en Sevilla, con una intervención sobre "El liderazgo y la dirección pública en el escenario de la Administración 2030" y compartí con los alli presentes - magníficos profesionales y anfitriones - mis convicciones de que, de la vitalidad - de su composición, sus valores, etc. - de ese espacio en el que se desenvuelven políticos y directivos públicos, depende, en buena medida, la salud y el progreso de las democracias y los sistemas de gestión de las políticas públicas. Nada original, cierto, porque de eso han escrito con mucho éxito los profesores Ramió, Jiménez Asensio, Salvador, Lapuente...y lo que a mi me toca aportar, tan sólo, es la constatación de sus reflexiones sobre el terreno y la constante búsqueda de buenas prácticas y soluciones, en el dia a dia, para que la interacción de esas dos esferas sea lo mas fructífera posible. Sintetizando mucho diré ahora sólo dos cosas: que a lo largo de casi 30 años de impulsar y gestionar el cambio en muy distintas organizaciones públicas, éste, el cambio, solo ha sido interesante - fuerte, innovador, participado, transformador...- cuando se ha producido un liderazgo político que lo ha apoyado; y que, cuando ese viento se produce, desde el liderazgo técnico, se han de tener preparadas las velas, para ser desplegadas, y listo todo el resto del aparejo y los instrumentos de navegación - las herramientas de integridad, planificación, gestión de equipos, evaluación, innovación....en fin, las competencias y valores directivos...- para una navegación apasionante, para hacer posible la transformación. De todo ello, y de los avances de la Agenda 2030, irá este blog.
Leemos en un documento del INAP [1] que el ministro para la Transformación Digital y de la Función Pública, Jose Luis Escrivá, ha propuesto un consenso sobre la transformación de la Administración General del Estado (AGE) - y a rebufo al resto de Administraciones Públicas - para fortalecer la captación de talento, evaluar mejor las políticas públicas y facilitar el acceso de la ciudadanía , expuesto en la Comisión de Hacienda y Función Pública del Congreso para conseguir que la Administración sea “más moderna e innovadora, mejor dotada de efectivos, que disponga de las herramientas tecnológicas que garanticen los derechos fundamentales de la ciudadanía, y con unos servicios públicos de calidad que sean más accesibles para todos”. La intención final es avanzar en los indicadores de buen gobierno, porque a pesar de la mejora de los últimos años “queda margen para seguir acercándose” a los países mejor posicionados, “los nórdicos, que es nuestra ambición”. Para cumplir ese obj
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