El titular, para un acto de inauguración, esta vez de los de los XXXIII Juegos Olímpicos, como el de ayer en París , podría haber sido “ Magnífico”, “Increíble”, “Maravilloso ”…así han titulado algunas personas cercanas en sus redes sociales. Y fue todo eso y además un derroche de complicidad con los valores universales, con la cultura diversa y con la empatía con tantos territorios y colectivos como los que desfilaron, saltaron, bailaron, cantaron, contemplaron…. Todo ello en y sobre el rio Sena , con un desfile de barcos de todo porte y calado, llevando a bordo a un puñado o a cientos de personas, según el territorio de cada cual, con la Tour Eiffel siempre presente con su silueta real y otra construida al efecto sobre el terreno, con la luz del día al principio y con un extraordinario colorido y una explosión de destellos al final. Tantos y tantas deportistas de élite, carpinteros, actores, ingenieros, músicos, técnicos, guionistas, cantantes, patrones y mari...
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