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Jueces y kleroterion

El sorteo fue, durante algún tiempo, el sistema por el que se elegía, en las ciudades de Grecia Antigua, la asamblea restringida de ciudadanos encargados de los asuntos corrientes de la ciudad. En algunas de las ciudades se elegían anualmente entre los ciudadanos de más de treinta años de edad, y recibían una paga, desarrollando las funciones deliberativa, administrativa y judicial.

Y el kleroterion (κληρωτήριον, en griego antiguo) fue el “dispositivo utilizado en las polis durante el periodo de la democracia ateniense, para seleccionar aleatoriamente a los ciudadanos que participarían en la mayoría de los cargos estatales”[1]. Aquel instrumento, un bloque de piedra rectangular con ranuras ordenadas en varias filas verticales identificadas por letras inscritas en la parte superior, recibía cada uno de los pinakion - una especie de placa de bronce o madera con el nombre grabado de las personas que participaban en el proceso. Un tubo con dados de colores completaban el equipamiento y  permitían conocer a los elegidos para un cargo en la polis. Así se pasó de un sistema de asignación de “dikastes” o funcionarios, por llegada - el primero que llegaba se llevaba el primer servicio - a otro - desde el 370 a. C. en adelante - por sorteo entre los que acudían.

Conocí la existencia de este instrumento viendo la gala de presentación de “El Anuario 2024de la Fundación COTEC”[2] y al escuchar su historia y su función, inmediatamente pensé que ese podría ser uno de los caminos para despolitizar algunos de los empleos públicos clave para conservar la dignidad democrática de un país, como puedan ser los de los jueces y juezas.

Si descargamos de la segmentación que suponen los sistemas de oposiciones fuertemente memorísticas que sólo permiten el acceso a un número reducido de personas con extraordinaria memoria y a otros que pueden permitirse una preparación durante años por ser de familias extraordinariamente pudientes, y de la designación corporativa o política de sus órganos de gobierno, estaremos avanzando en una justicia claramente profesional evitando los espectáculos que estamos viendo en estos días.

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