Hace poco mas de un año tuve la oportunidad de participar en el acto de entrega de los Premios Blas Infante de Estudio e Investigación sobre Administración y Gestión Pública en el Instituto Andaluz de Administración Pública, en Sevilla, con una intervención sobre "El liderazgo y la dirección pública en el escenario de la Administración 2030" y compartí con los alli presentes - magníficos profesionales y anfitriones - mis convicciones de que, de la vitalidad - de su composición, sus valores, etc. - de ese espacio en el que se desenvuelven políticos y directivos públicos, depende, en buena medida, la salud y el progreso de las democracias y los sistemas de gestión de las políticas públicas. Nada original, cierto, porque de eso han escrito con mucho éxito los profesores Ramió, Jiménez Asensio, Salvador, Lapuente...y lo que a mi me toca aportar, tan sólo, es la constatación de sus reflexiones sobre el terreno y la constante búsqueda de buenas prácticas y soluciones, en el dia a dia, para que la interacción de esas dos esferas sea lo mas fructífera posible. Sintetizando mucho diré ahora sólo dos cosas: que a lo largo de casi 30 años de impulsar y gestionar el cambio en muy distintas organizaciones públicas, éste, el cambio, solo ha sido interesante - fuerte, innovador, participado, transformador...- cuando se ha producido un liderazgo político que lo ha apoyado; y que, cuando ese viento se produce, desde el liderazgo técnico, se han de tener preparadas las velas, para ser desplegadas, y listo todo el resto del aparejo y los instrumentos de navegación - las herramientas de integridad, planificación, gestión de equipos, evaluación, innovación....en fin, las competencias y valores directivos...- para una navegación apasionante, para hacer posible la transformación. De todo ello, y de los avances de la Agenda 2030, irá este blog.
Sabemos que no todas las personas que ocupan los niveles superiores de las Administraciones públicas, y por ello tienen la máxima responsabilidad en el impulso de su Transformación, incluyen en sus agendas estrategias de Cambio. En ocasiones hemos conocido personas - de extracción política o técnica-, que entienden la situación al estar en la cúspide jerárquica de una organización pública como una “no intervención”, de manera que su máxima aspiración se centra en que, durante su estancia en la institución, todo siga igual que antes , e incluso que continue igual después de su salida. Tanto en los colectivos político como en el técnico, hemos podido encontrar quienes consideran que “merecen” situarse durante una temporada en esos niveles relevantes sin pararse a pensar en si cuentan con la formación, las competencias y la experiencia necesaria para, por ejemplo, dirigir equipos. O si sus ideas y/o convicciones sobre integridad, eficacia y eficiencia, sobre participación, evaluación del
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